Un piloto suizo ha conseguido, gracias a un ala pegada a su espalda con cuatro reactores, volar durante diez minutos a 200 kilómetros por hora.
Según el hombre, el sistema es sencillo. Sólo hay que probar los cuatro pequeños reactores que lleva el aparato dentro de la avioneta.
Luego los motores se apagan, se lanza al vacío y es entonces cuando se encienden de nuevo. Si todo sale bien, se puede volar hasta 300 kilómtros por hora.
El piloto aterriza después con un paracaídas.
Alex Celi