Hace unos cuantos días, el diario El Comerio hizo la denuncia acerca de que se habian modificados los carros grandes antiguos, mas conocidos como “lanchones” para poder transportar arriba de 500 galones de combustible desde la frontera de Ecuador hacia el Perú, y todo esto ante la “pasividad” de la Policia Nacional que cuida las carreteras fronterizas.

A los pocos días salió un reportaje mas extenso en donde un grupo de periodistas habian ido a hacer una investigación al respecto y la diferencia de precios de combustible es abismal. Hagamos algunos cálculos.
El precio del combustible de 90 octanos en Ecuador es US$ 1.50, que al tipo de cambio estamos hablando de S/. 5.01 (TC: 3.34)
El precio de la gasolina de 90 octanos en el Perú, en un grifo muy barato es de S/. 12.89
Osea que la diferencia de precios entre un país y otro es de S/. 7.88, dolarizándolo es US$ 2.36 por cada galón.
Entonces estos tipos transportando por cada “lanchón” 500 galones, estamos hablando de 500 x 2.36 = US$ 1,180 por cada “vuelta” de traer combustible de margen bruto. Sacándole los costos operativos que podría ser 180 dólares de combustible para el mismo “lanchón”, estamos hablando de US$ 1,000 por cada vuelta.
¿Es negocio rentable o no lo es? Por supuesto que es muy rentable, pero que dice el estado: “Vamos a combatir el contrabando”.
No pues señores, todo el mundo sabe que la estructura del costo del combustible en el Perú es mas o menos la línea del 60% en puros impuestos, y el 40% el costo real del combustible. Entonces con eso sabemos que lo que cuesta el combustible son puros impuestos, para poder pagar el grueso grupo burocrático, a nuestros congresistas y porque es la manera “fácil” de conseguir mas recaudación.
“Fácil pues, tengo un desbalance en el Tesoro Público, subele el precio al combustible con algún impuesto y asunto solucionado”. Nuestros gobernantes pecan de “simplístas” al tener la “salida fácil” al problema de falta de dínero metiendole mas impuestos al combustible.
Me pregunto: ¿No sería mejor buscar formas más creativas de aumentar la base de recaudaciones, en lugar de ponerle mas impuestos a la gasolina? No sería preferible buscar que “todo el mundo pague impuestos” pero por el otro lado compensar quitandole impuestos a la gasolina.
Ya proximamente sacaré mi artículo acerca de la SUNAT debería no ser tan incisivas con las empresas peruanas (que nos tienen muy exprimidos), y concentrarse en buscar a los “profesionales”, que por ejemplo, solo figuran como que ganan un sueldito de S/. 1,800 mensuales con Essalud, y sin embargo se van a Europa, caribe, Estados Unidos varias veces al año ¿como hacen para que les alcance tanto lujo con tan pequeños sueldos? Los consultorios particulares pues, que sencillamente nadie pide comprobante de pago y ese dinero es “libre de polvo y paja”.
Alex Celi



El 15 ENE 1971, con ocasión de la incorporación de los oficiales recién graduados, se procedió -en la Guarnición de Tacna- al tradicional “bautizo”, consistente en que pasaran c/u de los 14 obstáculos de la Pista de Combate con el respectivo trago de licor en medio de cánticos y bromas de los oficiales antiguos.Dentro de esas bromas se plantean diversidad de “retos”, desde las netamente “chupísticas” hasta las de índole “bélicas”. Y cada “bautizado” debe ir ejecutándolas ante el “jurado” constituído por sus capitanes.En esa oportunidad a un capitán se le ocurrió inventar un “ceremonial de izamiento”, para lo cual escogió al oficial que a su criterio era el más idóneo: El Alférez de artillería Juan Apéstegui Márquez, a quien en forma seria le indicó que no bebiera demasiado, pues “había un ceremonial de izamiento de la Bandera en el Morro de Arica, a las 8AM del día siguiente, al que había sido comisionado”. Además, los demás integrantes del jurado le dijeron que era “una ceremonia que se repetía cada año”.
Contra todo pronóstico, los camiones, a las 5:45 de la mañana del domingo 16 de Enero de 1971, traspasaron la Guardia del Cuartel Gregorio Albarracín. Por cosas del destino, los centinelas del portón y la tranquera, las abrieron sin dar cuenta al Oficial de Guardia. Posteriormente indicaron que lo hicieron por que el Alférez aseguró que “el teniente Falconí ya había dado permiso, y estaban con el tiempo retrasado”, y que ellos soldados- “no dudaban de la palabra de un oficial”. Una vez fuera del Cuartel, el convoy enrumbó hacia el Paso Peruano de Frontera de Santa Rosa. En ese ínterin el oficial de guardia, ya avisado por los centinelas, inmediatamente alertó al Jefe de Cuartel (My. César Aguilar). En vista de ello se llamó por radio al Puesto Fronterizo para que detuvieran al convoy, pero éste lo había traspasado hacía escasos minutos. El Jefe del Puesto Policial de Frontera, sólo comunicó que en esos precisos instantes “podía observar que el Puesto Fronterizo Chileno de Chacalluta levantaba la tranquera al convoy peruano”. 





