El fútbol es espectáculo, o al menos así lo define la gran mayoría de los aficionados a este deporte, ya sea al verlo por televisión o al asistir al estadio. Las razones para acudir a ver el espectáculo futbolístico son diversas y representan un arco iris que va desde el simple gusto, el deseo de entretenerse con los amigos o con la familia, pasando por querer ayudar al club, divertirse solo o estar cerca de los jugadores.
Sin embargo, el público exige ciertas condiciones para trasladarse al escenario. La primera siendo la disminución de la violencia. En nuestro país como en muchas otras partes del mundo, la violencia es la principal razón por la cual el público se abstiene de asistir al estadio. Las barras bravas, los riesgos de asalto y otros peligros a los que se expone el aficionado cuando va a ver un partido de fútbol no se justifican y son parte del cáncer social, a la vez que ni siquiera son compensados por la calidad del espectáculo futbolístico o las satisfacciones que dan los equipos a sus respectivas hinchadas.
Según el estudio de APOYO (2001), para el consumidor peruano, el fútbol es un producto que no satisface sus expectativas por la baja calidad y la corrupción que perciben en el mismo, además de la violencia y la falta de competitividad. Estos factores determinan la reducción en la cantidad de espectadores que acude al espectáculo y por ende en la taquilla que no se ha incrementado a pesar de que el precio se ha ido reduciendo.
En promedio, cada partido de primera división congrega 4,400 espectadores y recauda US $ 11, 400. Mientras, en segunda división la congregación es de apenas 270 espectadores con una recaudación de US $ 450.
Estas cifras resultan insignificantes comparadas con los promedios de asistencia de clubes europeos. En Inglaterra, por ejemplo, un equipo de la ‘Premiership’ como el Manchester reúne 58,000 espectadores por partido, el Arsenal 38,000 y el Chelsea 34,500. En España, el Real Madrid cuenta en sus gradas aproximadamente 64, 300 personas en cada juego y el FC Barcelona 63, 300. En Italia, la Roma tiene 61,600 espectadores usualmente y la Lazio 36,900.
La única oportunidad en que las cifras peruanas se acercan un poco a las europeas se da en los clásicos que se juegan entre Alianza Lima y Universitario de Deportes, ocasión en la cual la asistencia se eleva a 35,173 espectadores ( Apertura 2001) y la recaudación a US $ 141,576.
Está demostrado entonces que el peruano no es tan “futbolero” como podría decirse de nuestros vecinos argentinos. Dos de cada tres peruanos se autodefinen “simpatizantes del fútbol”, a un 38% le gusta más o menos el fútbol y a un 36% le gusta mucho o bastante.
En la encuesta de APOYO, ‘Autopercepción con respecto al fútbol”, tan sólo 7% se considera fanático, un 64% simpatizante, un 17% indiferente ante el deporte rey, un 8% fastidiado con él y un 4% enemigo. De ello se deriva que los peruanos en general tengan escasa e inadecuada información del ambiente futbolístico y de la situación del campeonato profesional.
El fútbol forma parte del mercado del entretenimiento y por tanto compite con actividades como el cine, paseos, ir a playa, etc. El público puede elegir gastar su dinero en cualquiera de estas actividades teniendo en consideración sus necesidades, beneficios y seguridad. En este campo las encuestan revelan que tanto hombres como mujeres prefieren ir a la playa o salir a pasear antes que ir al fútbol, pero que los hombres escogen este deporte sobre el cine o el teatro contrariamente a la mayoría de mujeres.
Por otro lado, la gran competencia de la asistencia al estadio es que los partidos se transmiten en vivo por la televisión, es decir, muchos aficionados prefieren quedarse en su casa viendo el partido con un grupo de amigos, en lugar de ir al estadio, y obviamente el dinero que usarian para las entradas, lo usan en comprar comida y licor para el momento.
Así lo demuestra el estudio de APOYO que el hábito de ver fútbol por televisión resulta especialmente relevante en este negocio. El 87% de los encuestados ve deportes por televisión y el fútbol resulta ser el deporte preferido. En ese sentido, el 68% de las personas quienes gustan ver deportes por televisión busca ver partidos de fútbol. Las razones siendo la comodidad, la gratuidad, la repetición de las jugadas y el estar a salvo de la violencia de los estadios.
La ausencia de comprensión clara de los consumidores ha impedido el desarrollo de políticas consistentes para desarrollar el mercado. Para corregir esta realidad será necesario partir de la base de que los consumidores del fútbol son distintos; esto implica que se requerirá un mayor entendimiento de los segmentos para tomar decisiones eficaces de marca, posicionamiento y tácticas de mercadeo.
Alex Celi